El autocontrol no es reprimirte, es conocerte.

Publicado el 14 de octubre de 2025, 11:42

Durante años se nos ha enseñado que “tener autocontrol” es sinónimo de mantener la calma, no llorar, no enfadarse, no perder los papeles, Pero la realidad psicológica es muy distinta: autocontrol no significa contener lo que sientes, sino comprenderlo, porque Reprimir no es regular.
Y muchas veces, lo que creemos que es fortaleza emocional, es solo miedo a sentir.


Desde pequeños aprendemos que mostrar emociones intensas “está mal”:
“No llores, no pasa nada.”
“Tienes que ser fuerte.”
“No te enfades, no sirve de nada.”

Con el tiempo, esos mensajes se convierten en un patrón: evitar sentir para evitar el conflicto, y esto se convierte en un problema porque las emociones no desaparecen solo porque las ignores; se acumulan, se transforman y acaban saliendo de otra manera: irritabilidad, ansiedad, bloqueos, cansancio, insomnio o sensación de vacío.

La represión emocional es una forma de desconexión, El autocontrol, en cambio, es una forma de presencia.

Desde una mirada integradora, el equilibrio emocional surge cuando mente, cuerpo y emoción trabajan en sintonía, no en oposición.
Eso implica:

- Escuchar lo que el cuerpo intenta comunicar (tensión, palpitaciones, respiración corta).

- Ponerle nombre a lo que sentimos, sin juicio.

- Elegir qué hacer con esa emoción, en lugar de negarla.

El autocontrol real no busca eliminar la emoción, sino darle un lugar, Porque cuando la reconoces, deja de tener poder sobre ti.

Hay personas que asocian el control con la frialdad: “si no me afecta, es que estoy bien”, Pero eso no es equilibrio, es desconexión. El verdadero autocontrol es poder sostener lo que sientes sin que eso te arrastre, sin necesidad de descargarlo contra otros o contra ti misma.

A veces confundimos la regulación emocional con el silencio, Pero elegir cuándo, cómo y con quién expresar una emoción no es debilidad, es madurez emocional. No todo tiene que decirse en el momento en que se siente, pero todo lo que se siente merece ser escuchado.

El autocontrol emocional no te pide ser perfecta, ni mantenerte serena ante todo. Te pide honestidad contigo misma.
Te pide parar, escuchar, y decidir desde la conciencia, no desde el impulso.

“El equilibrio emocional no se logra controlando lo que sientes, sino entendiendo por qué lo sientes.”


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